Hoy México duele



Las generaciones más jóvenes de este país se están arruinando. Hoy me duele mucho escribir sobre esto, creo esta columna puede ser la crisis existencial más dramática que escribiré hasta este momento. México está sufriendo.

Hola a todos lectores, espero se encuentren de maravilla. Para mí han sido días muy tristes, muy melancólicos. México está cayendo en la desgracia con tanto alboroto y no, no me refiero a su economía, su tierra o su turismo simplemente su gente. Díganme de verdad, ¿qué está pasando?

La mayor parte de su gente está haciendo porquerías como matar, violar, robar, sobornar, extorsionar, acosar, sin embargo, el protestar por esto está mal. Díganme qué sucede con esos hombres que manosean a las mujeres en lugares públicos, qué sucede con esos feminicidas que violan y descuartizan a mujeres. Qué sucede con esos estudiantes desaparecidos que ni los mismos directivos o la policía no hace absolutamente nada para remediarlo o simplemente ¿qué pasa con todos los delitos que se cometen?

Hace unos días en Pachuca hubo una marcha para exigir seguridad a los estudiantes y la recuperación de los desaparecidos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (algo que como mexicanos es un derecho que tenemos y obligación que el gobierno nos debe proporcionar). Esto se debió a que estudiantes están desapareciendo y muchos de ellos ya no regresan a casa.

Fue una marcha que afortunadamente fue en paz. Los estudiantes con carteles, listones en las muñecas y playeras blancas caminaron por el centro histórico de Pachuca, movimiento el cual fue aplaudido por muchas personas, sin embargo, muchos y muchas aseguraron que fueron amenazados en que si acudían saldrían perjudicados. Muchos de los amenazantes eran profesores que ponían en juego la calificación de los alumnos, otros decían que iban a ser golpeados o incluso asesinados si seguían con ese jueguito lo cual, en dado caso de ser totalmente cierto se espera que exista represalias con ellos.

Este es un caso que hemos visto por años. Tal como pasó con los 43 estudiantes que, siendo el tema más sonado y crítico, tampoco hicieron algo por rescatarlos o salvarlos. Han hecho fintas de que tratan de encontrarlos, sin embargo, nunca hay resultados.

Esto es lo mismo, por mínimo o máximo que sea el caso y sea quien sea, no solo estudiantes sino cualquier persona puede desaparecer. Puedes ser tú lector, puedo ser yo o cualquiera y el gobierno sigue fingiendo que le interesa.

Ahora, otro ejemplo, en la Universidad Nacional Autónoma de México se ha vuelto todo un caos. Muchos estudiantes hasta el momento no han podido acudir a clases por la toma de facultades que se han realizado. Ha habido marchas de igual forma, ellos van más hacia el acoso sexual y protestaron hasta que un grupo de anarquistas perdió totalmente el control y comenzaron a destruir todo. Estas personas destruyeron ventanas, rayaron murales y agredieron a muchas personas incluyendo periodistas. Finalmente, hicieron uno de los peores actos que existen por cometer como mexicano o mexicana y es quemar o cualquier tipo de maltrato a la bandera.

Cuando vi esto, sentí un nudo en la garganta terrible, sentí una profunda decepción, en ese momento comprendí y me di cuenta que ese dicho que dice “No hay peor enemigo de un mexicano que otro mexicano” es totalmente cierto. Definitivamente, los mismos mexicanos están asesinando a México y ¿saben? Yo también detesto todas las porquerías que muchas personas hacen que ya mencioné anteriormente. Yo también detesto que me acosen, que me manoseen o que me griten cosas desagradables. Detesto también ver como muchas mujeres y también muchos hombres mueren o desaparecen todos los días y nadie se atreve a hacer algo. Como aspirante a periodista, ver tantos y tantas que por dedicarse a su pasión son silenciados y sí no asesinados. Detesto ver a esas personas que sin compasión creen que pueden hacer y deshacer la paz. Creer que pueden destruir lo bueno que el país es y lo que tiene. Sin embargo, detesto a aquel mexicano o mexicana que agrede o le avergüenza su patria, su nación.

Díganme, ¿qué gana una persona quemando su propia bandera? Ok, tú te crees que vas contra el sistema o buscas atacar a quien te ataca, pero, ¿tu propia bandera? ¿Es en serio? Qué decepción es ver a mi generación destruirse y contaminarse. Es cierto que hay muchas diferencias de opinión, estamos en un cambio de era, hay mucha liberación, todo eso es correcto y créanme, no estoy para nada en contra de esto, sin embargo, ¿por qué atacar a tu propio país cuando se supone que estás defendiendo a tu gente y a tu tierra?

Hay cosas por las cuales pelear, nuestros derechos como humanos efectivamente es algo que, si nos prohíben tener desde luego que tenemos todo el derecho de pelear por ellos, tal es el caso de muchos grupos feministas, defensores del medio ambiente, normalistas, estudiantes, la comunidad LGBT+, los familiares y seres queridos de aquellas personas que día a día desaparecen que exigen seguridad, que reclaman algo que por derecho deben tener o mejor dicho debemos tener. Sin embargo, nuestro país no es el culpable, no es toda la gente, no es el mundo entero. Nuevamente, NO GENERALICEN.

Apoyemos todos a nuestro país, en vez de destruir, rayar, generar caos y sentirse bien padre por someter y golpear autoridades preocupémonos más para mejorar como país, como sociedad y, sobre todo, como generación. Hoy en día nuestra generación es la que tiene todo en las manos. Hay que aprender a usar PARA BIEN las cosas que se nos presentan y desechar o tratar de remediar de forma parcial lo que no sirve y sí, si el gobierno ignora lo que como pueblo exigimos, claro que hay que alzar la voz, exigir lo que por derecho nos pertenece, buscar lo más conveniente para todos no lo que hay para uno mismo. Quitémonos esa estupidez del bien propio, empecemos bien por y para todos, quítense ese bicho feo de mediocridad y de flojera. Deja de juzgar la vida del otro y cambia la tuya, empieza a pelear por tus sueños en vez de estar queriendo fregar al otro u otra con los suyos.

Sé valiente y ama a tu pueblo, ama tu cultura, ama tus costumbres, tus tradiciones. Ama a las personas que te enseñaron a ser grande, ama el suelo en el que caminas, ama los paisajes, tu cielo, tus museos, tu comida, tus bailes, ama todo eso, pero principal: Quítate toda la basura globalista que te han vendido y ama tu nación. Pelea por tu México, no contra México.

Esta es mi última columna y espero que hayan disfrutado lo ya escrito en estos meses. Me complace que siguieran y estoy muy contenta de esto. Desearía que la última columna hubiese sido amena y alegre, sin embargo, dadas las cosas que se dieron en la semana pasada no puedo dejar eso de lado.

Quiero que todas y todos sean fuertes y amen a su país, peleen por lo mejor, sean héroes y salven a su gente de la perdición como a estas personas que solo se proponen a destruir al de al lado. Échenle muchas ganas que todavía podemos hacer algo, créanme, si nosotros queremos lo lograremos.

Espero leer lo que piensan un día de estos.

¡Gracias por todo!

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