VENCEN EL MIEDO Y TOMAN LAS CALLES PARA EXIGIR SEGURIDAD


Joel Sánchez Rodríguez
@JoelSanRadar

Miles de estudiantes de diversas instituciones educativas del nivel superior, vencieron el miedo y superaron las exigencias y advertencias que pretendían diluir su movimiento y, perfectamente organizados y de manera pacífica, tomaron las calles de Pachuca para exigir de los tres niveles de gobierno, seguridad, justicia para las víctimas de feminicidio y que aparezcan con vida, los cientos de personas (en su mayoría jóvenes), que según la Procuraduría General de Justicia del Estado, han desaparecido en Hidalgo en el lapso de un año.
“Armados” con playeras blancas, listones de colores, así como sus nombres y teléfonos de emergencia pintados en el brazo por lo que pudiera pasar, los jóvenes salieron a marchar porque les pareció que la #MarchaDelDolor efectuada el 4 de noviembre tras el feminicidio de la joven Lorena Berenice; y la denominada #NiUnaMenos #NiUnoMenos efectuada el 10 de noviembre luego de la desaparición del también estudiante Sebastián Yañez, no eran suficientes, que había que alzar la voz y gritar aún más fuerte: ¡Justicia! ¡Seguridad!
El miedo entre los jóvenes no es infundado; según el procurador de justicia Raúl Arroyo González, de septiembre del 2018 a septiembre del 2019, se denunció la desaparición de 940 personas en Hidalgo, de las cuales alrededor de 250 se mantienen en esa condición y no hay indicios para localizarlos.
Pero más allá de los desaparecidos y los feminicidios, los jóvenes tienen miedo porque la falta de vigilancia, la ausencia de patrullas en las inmediaciones de los campus universitarios y el cada vez más deficiente servicio de alumbrado público, hacen que diversos sectores del área metropolitana se conviertan en caldo de cultivo para la comisión de diversos delitos.
#TodosDeRegresoACasa fue la denominación que los jóvenes dieron a su marcha, en la que al culminar en la Plaza Juárez de Pachuca y en la parte posterior del palacio de gobierno, realizaron la entrega de un pliego petitorio donde su petición se centra en lo más elemental: Seguridad para caminar en las calles, para vivir tranquilos, para no mantenerse en el miedo.
Al reclamo se sumaron muchas voces y por su singularidad sobresalió el mensaje solidario que emitieron en persona, jóvenes estudiantes que provenientes de Brasil, España, Colombia, Chile y otras naciones de Hispanoamérica, realizan su estancia académica en México, concretamente en Hidalgo y que por este hecho comparten temores y riesgos con sus compañeros de Hidalgo.
No se trató de enfrentar al gobierno y, a diferencia de las anteriores marchas en las que no faltó él o la oportunista que buscaba politizar las cosas, ésta vez fue distinto; y distinta también fue la respuesta por parte de las autoridades, por lo que se facilitó la realización de una mesa de diálogo, en la que por primera vez los secretarios de Gobierno, el de Seguridad Pública y el Procurador de Justicia, así como el Fiscal para la Búsqueda de Personas y el Comisario General de la Agencia de Seguridad Estatal, escucharon de frente las inquietudes de la juventud.
Los jóvenes tuvieron que vencer el miedo y volverse valientes, porque eso es lo que exige la situación actual, pero también las autoridades tuvieron que asumir una posición de empatía y sensibilidad que facilitó el diálogo para buscar acuerdos. Y que bueno que fue así, porque la seguridad es una responsabilidad de todos, de los gobiernos y de la sociedad de manera conjunta. 
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